Una de las participantes recuerda cómo sentía que quería adelantarse a lo que iba a ocurrir pero que el avance de la enfermedad era más rápido y que se sentía desbordada.
" P: ¿qué va a venir mañana?, no, no, no, ¿qué va a venir dentro de media hora?, por decir algo, esa angustia, esa falta de sosiego, de tranquilidad…y el miedo a lo que pueda llegar, no, no, perdón, a lo que pueda llegar no, a lo que va a llegar ¿Cómo va a llegar? eso si
E: ¿esa angustia es continua, o hay días?
P: hombre, siempre hay ratos mejores, peores, pero yo el sosiego no lo he vuelto a recuperar
E: ¿desde cuándo?
P: pues desde hace cinco años, lo que pasa es que cada vez tengo menos sosiego, claro, porque cada vez la cosa está más limitada, más, más eh problemática, más difícil, más…”