En otros casos la ansiedad puede provocar mayor apetito lo que dificulta el cumplimiento de los cuidados de la alimentación. Así lo cuenta Milagros.
Entonces pues caí en un poquillo de ansiedad, entonces el médico me dijo que los síntomas que yo tenía era ansiedad depresiva, porque de verdad me daba mucho por comer, nada más tenía ganas de comer, y devoraba todo lo que cogía por medio, yo qué sé, una cosa muy rara. Al final, me tuvieron que dar de baja y demás, y fue que un fin de semana, al mes y algo o una cosa así, fuimos un fin de semana a la sierra, y entonces pues nada, me dio el subidón de azúcar, mi marido me metió más azúcar de la cuenta en el cuerpo.