Otros, como por ejemplo Mari Carmen y Francisco, en cambio consideraban que su médico les habían advertido bruscamente de los “peligros de la diabetes”, y no lo consideran apropiado.
Después vino un señor que también me trataba muy bien, pero ya digo esto no, tienes que ir a este otro, el que se ha muerto, y ese claro me dijo “¿usted no sabe que se puede quedar ciega?”, yo iba un poco deprimida y no fui más, y he vuelto, a los 12 años volvía a él otra vez, me dijo que tal y que cual, tenía mi ficha ahí todavía, y todos los meses iba, la otra cosa que tenía era el riñón y el problema este de la vena. Ahora mismo estoy sin médico de la diabetes, este médico de la diabetes que se murió, que me llevaba a mí, me aconsejó un médico, un nefrólogo. Y es él el que me está llevando tantos problemillas como tengo...