Idoia detalla su experiencia con sus dos hijos con TDAH diferentes entre sí, cómo los enfocó y los sentimientos que eso le genera.
Los padres lo pasamos muy mal, muy mal y necesitamos compresión, necesitamos ayuda, necesitamos que esta dificultad que hemos, que nos la hemos encontrado sin querer… Que nos ayuden.
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Y bueno yo luego lo que he querido con mi hijo es intentar ayudarle, si no era en los estudios porque veía que eso era como una batalla muy perdida, no perdida del todo pero sí bastante perdida porque en el centro tampoco como no le entendían, los centros no le entendían, entonces yo intenté de él que por otros caminos pudiera llevar una vida más o menos …, quiero decir que no tuviese los problemas de que yo veo, veía muchos niños y a muchos chavales que tenían problemas con amigos, problemas que no tenían, eso, que no tenían amigos o que no … su autoestima estuviera por los suelos, que eran niños que al final dices bueno ¿qué les pasa, no?, entonces yo intenté que a mi hijo no le pasaran esas cosas. Intenté por todos los medios, y yo creo que lo he conseguido, y hoy en día es un chaval que con treinta y siete años que tiene su vida resuelta. Le encaminé mucho por el deporte, creo que el deporte fue un camino y muy importante, o sea yo incluso, …o sea desatendí otras actividades pero atendí su deporte, que era llevarlo a los entrenamientos, que no llegara tarde, que fuera, porque sabía que en el deporte él era bueno entonces eso le ayudaba a sobrellevar otras facetas de su vida que no eran buenas, en las que él no destacaba, entonces el deporte como él destacaba, eso le hizo triunfar, no digo triunfar como la palabra no …, porque no es ningún, no ha tenido nada, o sea es un chaval normal, pero ha triunfado y hoy en día su triunfo es todas sus amistades, todo su bienestar de vida, todo, eso es un triunfo de él. Para mí eso ha sido importante, muy muy, muy importante. Sé que en el deporte aprendió disciplina, aprendió comportamiento, aprendió a valorar a sus amigos, aprendió a que si no cumplía con las normas del deporte el domingo que tenía que jugar no iba a jugar, aprendió que si no tenía que poner una multa, o sea aprendió muchísimas cosas que quizás en el centro escolar nunca las llegó a conseguir pues porque para él el aprobar un examen sí era una meta pero no, pero como tenía tanta dificultad para llegar al aprobado pues lo tiraba por la borda ante de llegar, entonces en el deporte igual fue lo que a él sabía que lo hacía bien, entonces iba a conseguir otras cosas que eran amigos, que era que le llamaran por teléfono que, que quisieran jugar con él, que quisieran, bueno, y de hecho hoy en día que tiene amistades de su infancia un montón. Me da, tenemos mucha …, tenemos la espinita clavada…de que tenemos un hijo porque yo no supe saber cómo hacerlo, él quería hacer la carrera de deportes. No pudimos, no llegamos porque en Cuarto de la ESO tiró la toalla, tiró todo, dijo que ya no quería saber nada de los libros.
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Y luego tuve mi hijo el pequeño, que también ha tenido problemas de desatención, pero han sido unos problemas mucho más llevaderos porque era un niño, no era tan inquieto, no era tan hiperactivo, no era tan impulsivo, era un niño pues eso, un poco más de su déficit de atención le jugaba malas pasadas, pero era como más …, era como una tranquilidad o sea era el niño bueno, que aunque estaría más desatento pero no era la actividad del otro que era agotador, la impulsividad del otro que había que estar constantemente viendo y vigilando para que no pasara nada. Entonces el desatento igual también me queda esa pequeña .. ahí que está por el subconsciente de que igual no le presté la máxima atención porque pensaba que no la necesitaba, lo que sí me he dado cuenta luego que sí pero bueno él tuvo una etapa escolar normal, o sea él superaba las actividades pero bueno su desatención si la jugó muchas pasadas, malas pasadas pero es como que, me ha parecido como que no era tan tan grave como lo que le pasaba al otro no, o sea lo que teníamos con el otro, esa impulsividad, esa hiperactividad que no era lo que a mí me molestaba pero sí nos creaba ese, esa preocupación de que había que estar en constante observación.