Por un lado, se hace referencia a la preocupación que sienten el paciente y los cuidadores sobre cómo afecta y va a afectar al niño en el futuro la vivencia de la enfermedad.
J.R. habla mucho sobre su hijo pequeño, del que nos explica que es uno de sus motivos más importantes para luchar. Tanto a él como a su esposa les preocupa mucho cómo vive su hijo la enfermedad del padre e intentan utilizar estrategias que permitan que se distraiga y se sienta arropado, y tienen pensado consultar con un psicólogo pautas sobre la mejor manera de llevar este tema con su hijo.
Por otro lado, se habla de las estrategias que se manejan para intentar evitar sufrimiento a los niños en relación a la enfermedad del paciente.
José María tiene dos hijos. Del más pequeño dice que está atento para que este problema de salud no influya negativamente en él, y una de las cosas que vigila es su evolución en el colegio. Sobre su hijo mayor cuenta que él cree que esta enfermedad le ha hecho madurar y ha conseguido que compartan muchos más momentos, por lo que en este sentido hasta ve en positivo lo que está pasando. Además, señala que el servicio de cuidados paliativos le ofrece apoyo psicológico en el caso de necesitarlo.
La experiencia de Tere con sus nietos pequeños es otro ejemplo a tener en cuenta. Por un lado ella explica que ha hablado con ellos de su enfermedad, e incluso le han explicado a una de sus nietas lo que debe hacer en caso de que su abuela no se encuentre bien. Por otro, ya han podido hablar sobre la muerte cuando falleció su abuelo, el marido de Tere. Por todo ello esta paciente considera que sus nietos son muy maduros a pesar de su edad, y que es importante hablar de todo y comunicarse con ellos.