Mariángeles explica que tras el proceso de adopción de sus tres hijos a su parecer no hubo la coordinación deseable para facilitar la adaptación que estaba siendo más complicada por el TDAH no diagnosticado.
"También es verdad que hemos estado muy solos, muy solos en todos los sentidos. Muy solos en todo el proceso de postadopción. O sea nosotros una vez que estuvieron los niños en casa ya todos los servicios desaparecieron y nos hemos encontrado solos con todas las dificultades, con todas las dudas, con todas las cuestiones del mundo mundial. Nosotros somos sanitarios, ponemos en marcha nuestras redes en salud para ver qué es y oímos hablar del TDAH, empezamos a leer, vimos que había muchas cosas que cuadraban perfectamente, solicitamos una cita en Neuropediatría y con los informes del colegio, con la experiencia nuestra y con la valoración que hicieron allí, hicieron un diagnóstico de TDAH a los tres. Pero también luego mucha soledad, porque nosotros hemos leído mucho, hemos buscado ayuda con psicólogos y con educadores pero también explorando con profesionales que a veces tampoco tenían mucha experiencia ni tenían mucha formación en el tema."