Victoria cuenta cómo durante un tiempo continuaron haciendo su vida normal.
“Qué pasaba, que como estaba estupendamente bien, ni había vomitado, ni me sentía mal, ni ganas de devolver, ni nada de nada, cogía el coche y me iba a hacer la compra grande del mes. Me iba al (nombre de cadena de supermercados), me iba a cualquier sitio de esos, a hacer la compra. Llegaba a mi casa, con mis trastos ... Que en lugar de hacerlo en seis viajes lo hacía en ocho, pues los hacía en ocho, subía ocho veces la escalera. Y qué. A mitad me, me sentaba, me fumaba un cigarrillo, descansaba y... a por otro empujón.”