El dolor es lo que dificulta a María del Pino poder moverse y considera que es difícil vivir así.
“La enfermedad mía ya te conté cómo está. La verdad que no, como yo veo en mi mundo solo, me encierro en mÍ misma y no miro para atrás, pues entonces no sé qué más decirte. Lo que echo de menos, lo que me hace falta. Lo único que me ha hecho falta es estar bien y poder caminar y salir de casa para ir a ver a mi madre, que vive a poco de mí, en cinco minutos te pones allí, pero qué pasa, no llego. Porque me ataca el dolor enseguida. Y no puedo hacer más nada, sino volver otra vez pa´ trás, subir toda aquella escalera y acostarme a pincharme la morfina. Vamos a ver hasta dónde va a llegar estos dolores, porque la verdad, no es vida. Como yo me he visto ahora, no es vida.”