Son minoría pero hay participantes que señalan que en el momento de la entrevista no toman fármacos para su hipertensión por propia decisión o retirada del tratamiento. Antonio dice que le supone una preocupación menos y está alegre por eso.
E: ¿Y aparte de la medida en sí de la tensión ha notado algo físicamente de diferencia por el hecho de no tomarla?
P: Hombre, pues claro.
E: Y como qué.
P: Vamos porque de tomar pastillas a no tomarlas pues va un abismo. Me encuentro mejor y todo.
E: Sobre todo puedo suponer el hecho de no estar pendiente de que hay que tomarse una pastilla.
P: Claro, eso primero, eso es importante, tienes que tener la cabeza… pero sin embargo ahora pues estás más alegre, más eso, que no tienes por lo menos el inconveniente ese de andar con las pastillas pa’ arriba y pa’ abajo.
E: Sólo en ese sentido de quitarse la preocupación, entiendo.
P: Y en todas, y el organismo que también está mejor. Vamos, creo yo.
E: No sé, lo que usted me diga, por eso le pregunto.
P: Yo me encuentro, porque me encuentro mejor al no tener que tomar pastillas ninguna.
E: “Más alegre” me dice, incluso.
P: Más alegre, más alegre, más o menos pero vamos que no, no tengo que ... Mejor. Si ahora me tomo cinco, me tuviese que poner, tomar un par de ella más, pues ya serían siete y el estómago pues lo siente, a pesar de que me tomo protector. Cuanto menos pastillas se tomen mejor, creo yo.