Sandra no se lo pensó porque que no lo ve como una “droga”.
"Como a mi hija yo le arreglé su “discapacidad” precisamente pensando en estas cosas, donde nadie cree que esto exista. El TDAH para casi todo el mundo es algo ridículo porque no existe, sino es que las madres queremos darle una droga a mi hija cuando yo soy sanitaria y lo que menos quiero es darle un droga a mi hija ni ningún tipo de pastilla porque cualquier pastilla tiene una consecuencia. Pero yo estaba tan desesperada que me dijeron “¿pastillas?” y dije “sí”. Tardé treinta segundos en decir “sí, sí”. Porque el profesional que estaba enfrente, yo tenía una confianza máxima, esa es lo que a mí me valió. Dije “sí vamos pero ¡ya! si esto es lo que es la solución: ya”.
(…)
"Y efectivamente esa fue la solución. Mi casa empezó a caminar de otra manera. Mi vida de otra manera. No lo ví el primer día pero en seis meses ya estaba viendo los cambios a raudales, una cosa exagerada, y ya con los años ya ni te cuento."