Sandra describe la pérdida de concentración de su hija.
"Ella se olvida de todo entonces hay que revisarle la mochila, la ropa, hacerlo todo. Y a mi hija hasta … yo creo que la bañé hasta los ocho años porque me suponía pues "una lluvia de estrellas preciosas", algo que se le pasara por la cabeza. Ya con siete, ocho años pues ya las niñas … siempre pues jugaba con … ya se entretenía un poco más. Con el tratamiento me ha ido muy bien. La Concerta también fue muy, muy, muy, muy, muy bien. Yo lo notaba. Yo mi hija hay dos días o tres que no se toma … y ya lo noto. No hace falta ni que ella me diga “no me la tomé” digo “no te la tomaste”. Pierde toda la concentración. Está dispersa, dispersa pero dispersa, dispersa, dispersa, muy dispersa o sea, ¡una cosa! que cualquiera lo nota."