Sandra estaba sobrepasada por la situación cuando iniciaron el periplo previo para conocer qué pasaba y su forma de reaccionar fue mantener el ánimo de buscar soluciones.
"Ya un día desesperada ya fui a verla [refiriéndose a la profesional médica que conocía] y me dijo “muchacha tienes una depresión” y digo “es que no puedo más, si tú me dices que esto es normal yo me voy y se la dejo al padre ahora mismo” y me dijo “es que no te lo he querido decir hasta a ver si esto se regulaba: tu hija es una TDAH A pura”. Bueno yo me quedé muerta, yo no sabía ni lo que era eso. “Bueno pues explícame, si alguien me ayuda yo soy la primera”."