Asociada a esa paciencia Idoia apunta la necesidad de compromiso en el tratamiento y/o terapia, algo que reconoce que suele costar mucho incluso entre las personas adultas con TDAH.
"Yo, a ver, muchas personas adultas quieren venir, piden el diagnóstico primero para qué quieren, o sea nosotros damos para qué quiere saber el diagnóstico, por qué te interesa. Pues muchas personas yo creo que algunas pues por saberlo, entonces tampoco me parece tan importante saberlo porque otras ven que han tenido muchas, que tienen dificultades en su vida, y quieren saber si todas esas dificultades pues “a mí por qué me pasa todo esto no”. Eso sí, saberlo es importante pero luego creo que tienen que tener una ayuda, que estén bien asesoradas con una persona que entienda, que sepa del TDAH y que intente tener no sé, esa terapia con esa persona que confíe, con esa persona que hayan hecho y que lo lleven a cabo, porque nunca es tarde para poder modificar. Nunca es tarde para que tú puedas modificar y puedas mejorar en tu vida. E intentar llevar a cabo esas terapias o esas herramientas que te ponen para poder sobrellevar tu etapa de la vida en la que estás, que quizá pues personas que se quedan sin trabajo o personas que tienen una separación por su mal. No mal porque mal, por hacer mal las cosas, no, por haberlas hecho de una manera diferente, sin pensar qué me va a pasar o que a mí qué me va a ocurrir porque al final “eso creo que no a mí no me va a pasar”. Entonces quizás esa ayuda, primero el diagnóstico profesional y segundo que sepas, que pidan ayuda y que se dejen ayudar y que sigan las terapias, que no decaigan, o sea que no pierdan la fuerza, que no pierdan el ánimo porque se consiguen muchísimas cosas llevándolas a cabo pero hay que trabajarlas. Y trabajo es lo que puedo decirles."
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"Ser constantes y hacer o llevar a cabo lo que intentan los profesionales que saben. O ir a grupos. Nosotros hemos intentado también hacer algo con los adultos, grupos de terapia. Cuesta muchísimo que se apunten, que vengan. Cuesta muchísimo más. A los niños como los llevamos los adultos pues lo hacemos, hacemos todo lo que sea, pero cuando eres adulto “ya iré la semana que viene” pero es esa la constancia, trabajar, trabajar, trabajar sobre esa meta que quieres conseguir "no, yo quiero modificar, si yo lo que estoy haciendo no está bien, será por igual tengo que cambiar un poco con lo que estoy haciendo, igual lo tengo que hacer de otra manera". Eso es lo difícil: llegar a hacerlo de otra manera. Cuesta cuesta a todos, a nosotros más. Entonces eso les diría."