Romelia describe el cambio positivo que ha notado en su hijo en este terreno, aunque siga prefiriendo mantener un círculo restringido.
"Él era muy cerrado. En el autobús iba no hablaba con nadie, pero resulta que después del tratamiento ya se veía que él tenía su autoestima bien, se veía que era capaz de entablar una conversación con alguien porque él se cohibía, inclusive con niños o jóvenes de su misma edad. Él si salía al parque o salía a veces conmigo no se relacionaba nunca pero en cambio ahora incluso con personas mayores entabla conversaciones, habla del tema que a veces yo digo “mira, ¿no?”."