Romelia describe el cambio cualitativo en el abordaje a su hijo según la motivación de las profesionales que lo han atendido.
"Ya habíamos tenido una visita con la psicóloga anterior que pasaba de todo. Era una señora ya mayor, creo que tenía ya para jubilarse, pero ella pasaba de todo y me citó una vez y “no, el niño está perfecto, no le pasa nada, lo único que hay que estar vigilándolo, no más”. Nunca me dijo “mira, necesita esto”. En cambio con las chicas que entraron nuevas en la primera cita me dicen “le vamos a seguir haciendo pruebas, tráemelo” y claro, cuando me dicen eso yo me sentí contenta porque yo digo al final alguien está viendo que no está bien la cosa. O sea, me está dando la razón alguien. Entonces cuando ellas dijeron “no, mira, él necesita una ayuda y no es que esté mal del cerebro ni esté loco ni nada por el estilo pero vamos a citarle”. Eso sí, fueron muy profesionales, me explicaron “vamos a derivarle a la psiquiatra para que le pueda buscar un diagnóstico que realmente le den una medicina que a él le pueda ayudar pero que no es porque a él le pase algo que no se pueda mejorar”."