Marta y Daniel creen que prima una visión economicista del paciente que conlleva dedicar poco tiempo a la atención de muchos/as, lo que la hace superficial para indagar las causas y los efectos del TDAH también a nivel humano, familiar y social, así como a aplicar sólo la medicación.
M: Nadie te ayuda.
D: Bueno.
M: Ni siquiera importa. Es que en ningún momento, con ninguno de los médicos, ninguno se ha preocupado por preguntar “¿y usted cómo se siente? ¿y usted cómo lo lleva?”. Al contrario, o sea, “es que usted no estaba preparada para criar a un niño así”.
D: Y el entorno suyo es súper importante.
M: Ni preguntan. No importa cuál es el entorno del niño. No importa si vive con la madre, si vive con el padre, si vive con la tía, si vive con el abuelo, si está todo el día en la calle. Eso no importa. No importa si está bien atendido o mal atendido. No importa. Lo que importa es: me llega un paciente, le doy la pastilla y que duerma ¡otro fuera, venga que pase el siguiente!
D: El siguiente.
M: Y no hay más, no hay … Y la pena que me da es que ni siquiera hay ganas, porque podría haber tantas ayudas, tantos canales para poderlos ayudar, y el único canal que encontramos es o lo dormimos a base de química o lo mandamos a un centro, a un correccional.
D: Sí, sí.