A Idoia le ha tocado llevar a cabo su rol activista, pero reconoce que no debe ser una excusa ni por el profesorado ni por el propio alumnado.
También digo, que hay momentos, en los que no nos podemos escudar en el TDAH, por supuesto porque yo a mí hijo no le puedo… porque “ah como es hiperactivo” pues ... no, no no, no a ver tiene que aprender y lo aprende, y lo aprende y se acabó, y hay que buscar las fórmulas del aprendizaje mejores. Cada familia tiene sus prioridades, porque mis prioridades dentro de mi casa no van a ser las de la otra familia, pero desde luego que mis prioridades, mi hijo por muy hiperactivo que sea o por muy impulsivo que sea se las tiene que saber aprender y las tienes que saber desarrollar, por supuesto. Me costará más o menos pero se las debo de enseñar. Entonces eso me parece importantísimo ¿no? ese mensaje de que no porque sea hiperactivo, impulsivo o tenga un déficit de atención puede hacer lo que le dé la gana, no majo no, tienes que aprender, o maja, tienes que aprender porque en esta vida tienes que aprender. Y lo que no podemos hacer es lo que les dé la real gana porque cuando tú vayas a salir a la vida laboral, te vas a encontrar con un jefe que te va a decir que tienes que hacer las cosas y las tienes que hacer porque sí, entonces tú tienes que estar preparado para eso.
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Lo que nosotros reclamamos es un poco de sentarse, por favor párense que esto es verdad, que esto se puede solucionar de una manera, y con recursos que no son caros. O sea, con recursos que la persona que está en el aula si lo sabe cómo es ese niño o esa niña puede hacer un tratamiento correcto y además que lo que le sirva para el niño que tiene TDAH vale para el resto de la clase. Entonces a mí no me vale que yo tengo veinte alumnos y que no puede atenderle, no tú tienes que buscar las herramientas para que toda tu clase y tú puedas atender a un niño con TDAH y con no TDAH con todo. Entonces esa lucha, pues todavía está ahí y la verdad que esperemos que lo conseguiremos, pero bueno seguimos luchando.