Una vez que se adoptan hijos hay vivencias que pueden ser diferentes a los hijos biológicos. Por ejemplo aspectos sobre el parecido físico con los progenitores, los rasgos étnicos diferentes en el caso de adopciones internacionales, y las dudas sobre qué y cómo decirle a los hijos adoptados sobre esa condición. Eduardo aconseja que se diga a los hijos que son adoptados y que se viva con naturalidad.
No pasa lo mismo con (nombre de la segunda hija) que es de nuestro color, él es obvio que no es, no es, que es adoptado y él lo ha preguntado y nosotros se lo hemos transmitido, no ha habido ningún problema. Es decir, a mí, siempre ha habido en el círculo de la gente, porque nosotros tenemos círculo de personas adoptados, que tienen niños adoptados y tal, con (nombre de la segunda hija), y siempre ha habido ese decírselo o no decírselo al niño y todo el mundo apoyamos el que los niños deben saberlo. Esa bobería de que a un niño adoptado no decirle que es adoptado porque va a ir a buscar, muchos de nosotros pensamos que no, que si el niño se siente bien en su casa, querido por sus padres y tal, somos sus padres.