Carmen adapta los momentos para darle un masaje a su hijo en espalda, brazos, pies, ... según su horario de trabajo. En esta intervención explica el efecto positivo que le genera.
"Yo estoy con él. Y porque ahora yo no tengo tiempo pero yo he hecho con él, antes cuando yo no trabajaba, con él todas las tardes una hora de relajación. Le ponía música, nos sentábamos los dos, nos tumbábamos, hablábamos, y él estaba muy tranquilo, claro que sí. Pero para eso hay que tener tiempo. Y yo vengo, le doy un masaje, yo le mantengo ocupado, y a él le encanta que le dé masajes porque se queda tan tranquilo y le viene fenomenal, está más tranquilo."