A veces son las vecinas quienes se convierten en la fuente de apoyo cuando los familiares no viven cerca. Este es el caso de C.R.P.
“P: Porque no tenemos a nadie, sólo tengo, si es así en mi casa tengo personas que me limpian, que me cuidan, que vienen a cuidarme, que vienen a…todo. No yo sola no estoy, en este momento que él [su marido] se ha ido por el periódico, porque si no llamo yo a mi vecina de abajo, la tengo aquí ahora mismo.
E: Ah vale, sus vecinos. Sí.
P: Tengo también esa gran suerte, por eso todo no se pierde en la vida. Estoy muy acompañada con ellas, incluso todo, incluso todo, todo, están al instante aquí cuando necesito vienen ellas, saben que están aquí, en cada instante que vean que necesito, están aquí, saben que están ustedes aquí, enseguida que se vayan, suben.
E: Vale.
P: ¿Cómo está? ¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien? ¿Tienes esto o lo otro? Y tú “no, perfecta o no perfecta”. Pero suben enseguida, eso no…porque es que yo como le he dicho antes, yo no tengo a la familia aquí.”