Beni se siente apoyada por su familia.
“pero en esos cuatro años, mi resurgimiento, más que a médicos se lo debo a mi hijo, que es muy decidido”
(…)
“P: Y yo digo, en realidad qué compensaciones tengo,: que ayudo mucho a los míos en el aspecto moral y sentimental, porque cuando mi nieta me dice “abuela, a pesar de tu edad, qué horas tan felices paso contigo.”
E: Qué bonito.
P: Te cuenta todo, es muy cariñosa, muy sentimental. Y qué pasa, que viene y me dice, me coge, “abuela no te mueras, que si tú te mueres me muero yo detrás.” Qué puede mi corazón hacer: “tenme aquí Señor todo lo que pueda, a ver si tiene algún hijo y la entretiene para no tener esa parte tan unida a mí.”