PARAR

 

Tras uno o varios tratamientos de Medicina Reproductiva parar puede significar algo temporal o algo definitivo. Es decir, en algunos casos surge la necesidad de parar para tomarse un descanso, lo cual incluso puede dar pie a cambiar de servicio al que se acude o de tratamiento, mientras que en otros significa poner un límite a los intentos a pesar de no haber conseguido el objetivo de lograr el embarazo.

 

TOMAR LA DECISIÓN

A veces se puede parar de hacer tratamientos reproductivos de una forma momentánea por tomarse un descanso o debido a algún motivo imprevisto (acontecimientos familiares negativos, otras dolencias que se presentan, …) pero hay quien para de forma definitiva porque coincide que les han concedido la adopción o porque se autoimponen un límite por diversas causas (ver Impactos) e incluso porque clínicamente los propios profesionales le recomiendan no seguir.

Para Bea y Eduardo conseguir tener hijos por la vía de la adopción facilitó la decisión de no plantearse otros tratamientos de reproducción asistida, ya que en su caso eran de riesgo para la salud de ella.

A Gema le plantearon descansar de los tratamientos y eso para ella fue muy positivo para poder relajarse y reflexionar de nuevo sobre sus objetivos en la vida.

 

CRITERIOS

Los límites para dejar de hacer tratamientos son la edad, la cantidad de ellos realizados, la resistencia psicológica y física propias y/o el coste económico.

Stela y Jaume quizá habrían continuado pero su edad se los hizo replantear.

Esta pareja necesitó la recomendación médica de parar tras varios tratamientos porque no dejaban de hacerlos, aunque justamente con el último intento consiguieron el embarazo.

Sara también está encontrando la necesidad de ponerse una fecha, aún contemplando alternativas y calculando costes antes de finalizar ese plazo, porque el proceso está condicionando toda su existencia.

 

Rocío refuerza el mensaje de las otras participantes acerca de que la vida no puede consistir sólo en enganchar un tratamiento tras otro por salud física y emocional, tanto individual como de la pareja si se tiene.

 

Esther insiste en no obsesionarse porque ha visto casos en los que incluso han tenido que ingresar a la mujer a causa de los efectos secundarios de los numerosos tratamientos que se había hecho. “Medir” fue su clave.

 

Silvia y Edu tienen claro que si el tratamiento no saliera bien se “conformarían” con el hijo que ya tienen ya que consideran razonable el límite en los 40 años para intentarlo.

 

ASIMILAR LA DECISIÓN

En cualquiera de los casos afrontar el hecho de parar definitivamente es un momento muy difícil.

Elena se apoyó en la alternativa de la adopción para poder manejar mejor la decisión de parar los tratamientos para poder tener hijos biológicos.

En el caso de Anna la decisión de parar fue muy dolorosa, a pesar de que valoraba que era lo mejor por muchos motivos. Su pareja veía más clara la decisión.

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