Las palabras que Sara escuchó le hicieron mucho daño.
Es que esto no es lo mismo que operar un pie y quitar un juanete, o sea, o un apéndice, que esto lleva mucha carga emocional y que hay que tener un poquito de tacto con las cosas, y los médicos no es que no tengan tacto pero yo creo que ellos no, no sé si no son conscientes o es también una forma de … no sé, de apartarse, los notas como más distantes, no te explican las cosas bien. A mí por ejemplo, cuando me dijeron “uff, con esa antimülleriana, directamente vete a la privada si quieres tener la posibilidad de tener hijos porque realmente dentro de dos años cuando a tí te toque lista de espera, te vamos a expulsar”. No sé, no me parece una forma de decirlo a una persona, que además llevas viendo un montón de tiempo y tú no le has dado esa información, de pronto, no sé. Yo salí de allí con el alma en el suelo. En cambio, bueno pues yo salí de allí llorando y la enfermera cuando me vió salir llorando me cogió, me llevó a su despacho “¿qué te pasa?, cuéntame”. O sea ese trato más humano es el que uno espera de personas que están trabajando con otras personas y en situaciones difíciles.