Alberto tenía sus preocupaciones a la hora de empezar con el tratamiento con insulina y explica cómo antes la forma de pincharse no era como la de ahora.
Ya me mandaron unas pastillitas de turno para esto, me insistían cada vez que iba “oye que te tienes que pinchar, que esto ya no puede pasar así porque tú ya con las pastillas ya no haces nada”. Yo con mis miedos siempre retrasando esa posibilidad del pinchazo porque, claro, no es lo mismo tomarse una pastilla que tener que estar pinchándose continuamente. También he de decir que eran otros tiempos, que las agujas eran muy grandes, que había a lo mejor que hervir la jeringuilla, etcétera, etcétera, no es lo de hoy por su puesto. Y allí ya, como último recurso ya me mandaron insulina y ciertamente al ponerme la insulina la mejora fue muy notable, y a partir de ahí ya no he tenido ningún problema.