María Rosa considera que su limitación para moverse hace que pierda las ganas de salir.
La vida que ya me fui ya adaptando que no puedo salir porque tengo que comer, tengo mi tratamiento, y ya eso te va cambiando la vida, porque ya no sales como salías, ya no tengo ganas…, y va cambiando uno por eso, porque como no puedes hacer lo que tu quieras, pierdes el deseo, la verdad es que se va perdiendo porque te vas amargando. No solamente por la enfermedad, por los dolores, es que también es otra enfermedad pero bueno, los dolores te limitan mucho, sí, sí, sí. Yo ayer salí, y antes de salir, como ya me estaba empezando a doler las piernas digo mira, vamos muy lejos, la cosa vamos, tu sabes que esa zona de arriba es muy pendiente y subida no puedo caminar, me asfixio en seguida, me canso, y entonces ya me tomé la pastilla, ya voy ahora preparadita para caminar, a ver que voy a caminar en subida, porque ya allí, porque fui al ayuntamiento de allí, y eso es una pendiente de miedo, pero bueno, fui y luego, fui y fui de tal manera que me vine por la tarde, ya almorcé en la calle y todo, o sea que aprovecho, cuando salgo, todo lo más que pueda estar en la calle estoy.