MariCarmen explica que la primera profesional a la que acudieron solo los atendió a ellos, mientras que el segundo hizo un abordaje incluyendo a su hijo.
"Entonces lo comenté con el padre y con una amiga que es psicóloga y le dije que yo creo que debería de consultar a alguien porque yo creía que mi hijo necesitaba algún tipo de tratamiento. Fuimos a una consulta de una psiquiatra. Trataba tanto casos de niños como adultos, particular, y fuimos el padre y yo. En ningún momento nos preguntó por el niño ni que quería ver al niño. Nosotros le contamos la actitud del niño, la desesperación nuestra ante determinados comportamientos, y bueno en principio nos dijo que su diagnóstico era que era un niño nervioso y activo y que había que tratarlo un poco con una paciencia mayor que lo normal, pero que aún así le describiéramos en un papel o por correo electrónico alguna situación que se diese con (nombre del hijo) en la que nosotros perdiéramos la paciencia y que ella vería el proceso, cómo lo contábamos y cómo actuábamos con él y una segunda consulta para ver. Y fue así, varias … dos situaciones o tres que nos sucedieron en un intervalo de un mes que nos dió ella y se las escribimos. Y sobre todo era por la desesperación de “(nombre) haz esto, por favor haz esto” cinco veces, diez, intentar de hacerle comprender que era su momento de hacer la tarea, de sentarse, que después podía seguir jugando y no, y no y tirar las cosas y unas rabietas, que ya un niño de once años pues debía de controlarlas un poquito y de ver que sí es su deber hacerlo. Porque eran tareas de diez, quince minutos que le manda el colegio, no era una cosa extraordinaria lo que le estábamos pidiendo."
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"No sabía adónde acudir porque no conocía ni psicólogos ni psiquiatras, como es la primera vez que yo he tenido este problema en casa. El resto de los hermanos en ningún momento ha tenido este tipo de actitud. Preguntando en el colegio me derivaron a este doctor."
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"Llamé y pedí consulta, entonces ya me sorprendió y lo que más me gustó fue que dijeron “padre, madre y niño, todo el mundo aquí”. Entonces llamé al padre y le dije “mira tengo consulta tal día a tal hora, me da igual si ese día tienes viaje, lo cancelas todo pero ese día tienes que estar aquí porque yo no puedo seguir con esta situación”. Y fuimos a la primera consulta. (nombre del hijo) sabiendo que íbamos a un médico al principio se rechazó y tal “no no, (nombre del hijo) tú nos acompañas, igual no tienes que hablar pero si él me pregunta algo sobre tu actitud y tal y tengo dudas pues tengo que salir a preguntarte, pero tú nos acompañas y te quedas en la sala de estar” y él accedió a venir. Fuimos, nos presentamos y bueno él es encantador, con lo cual enseguida conquistó a (nombre del hijo) y (nombre del hijo) fue el primero que entró allí, empezó a hablar y no acababa y después habló con nosotros, nos dijo que lo tenía que valorar, que él sospechaba que había algo pero que tenía que valorarlo. Que eligiéramos un profesor del colegio que rellenara unos test, su padre otro, yo otro y el niño otro. Y con todo eso nos dió un mes para ... o tres semanas y algo así de tiempo."