Este apartado incluye tanto el conocimiento que tenían del TDAH antes del diagnóstico como el impacto emocional que supuso el diagnóstico en sí.
INFORMACIÓN PREVIA
En algunos casos debido a que el diagnóstico se hace en edades tempranas no disponen de información previa sobre el TDAH, en otros hay desconocimiento sobre lo que significa, y si acaso en los casos en los que son diagnosticados siendo adultos tienen algún conocimiento o contacto previo sobre lo que significa TDAH llegando incluso a sospechar que lo tienen o lo son. En cualquier caso, el término de hiperactividad es el que más les suena, sobre todo asociado al movimiento.
El hecho de desconocer lo que les estaba pasando y les llevaba a sentir incomprensión. Precisamente esto hace que quieran compartir sus experiencias para poder ayudar a otras personas y a los profesionales involucrados a entender a las personas diagnosticadas de TDAH.
Andrés reconoce que no había oído hablar antes del TDAH y que tenía confusión de términos.
En el caso de Josep María concretamente el diagnóstico de TDAH le llegó en la edad adulta y lo valora como un “descubrimiento”.
A Alfonso quizá le llegó siendo más conocedor de estos temas por su periplo médico previo, hasta el punto que considera que se autodiagnosticó él. Ver Indicios previos.
IMPACTO PSICOLÓGICO
El diagnóstico en algunos casos fue vivido como algo positivo, en otros fue aceptado sin más o bien hubo quien lo vió de forma negativa en cuanto a que pudiese implicar tener una etiqueta.
Para Josep María que le pusieran nombre a lo que había vivido durante cuarenta años conllevó entenderse y ver que ser así también es posible gestionarlo con orientación, a la vez que entender otros diagnósticos recibidos previamente.
Comprenderse, en especial en el caso de las personas diagnosticadas ya de adultos que opinan que de haberlo sabido antes quizá su vida habría sido mejor, es otra de las impresiones compartidas por Virginia.
Para Idoia no hubo sorpresa alguna en el diagnóstico, ya que fue después del de su hijo.
En cambio Erik, con tan sólo 13 años de edad, sí se quedó más aturdido y confuso.
Alfonso por su parte describe ese sentimiento que entremezcla fortuna y frustración a partes iguales. Concluye tener una etiqueta tiene pros y contras.