Nombre: Virginia
Edad en el momento de la entrevista: 49
Género: Femenino
Edad en el momento del diagnóstico: 44
Inicio
En la escuela, desde niña, Virginia notaba que no comprendía del todo bien los textos y los conocimientos que en aquella época se hacían memorizar solamente según los métodos de enseñanza que había. A medida que fue creciendo, se fue orientando hacia aprendizajes más “vivenciales” e inclinándose por actividades más prácticas en las que logró ir avanzando. Sin embargo, algunas circunstancias personales aumentaron más aquellos detalles en los que ella notaba que algo le pasaba. Su iniciativa a enfrentarse y superarlos le llevó a descubrir, pasados los cuarenta, que “es” TDA inatenta.
Manejo del TDAH
Antes del diagnóstico ya había optado por sus propias estrategias para aprender, más ligadas a la experimentación directa, los recursos auditivos y visuales, y la meditación, pero otra enfermedad aumentó su falta de concentración y desorientación pasando a probar también la medicación. Los estados anímicos negativos que le provocaron hicieron que decidiera dejar la medicación. Ha complementado con terapias alternativas. Ya en la etapa de la vida en la que se encuentra prefiere la terapia cognitivo-conductual con la que ha construido sus propias herramientas para gestionar su TDA en el día a día.
Dado que cuenta con el apoyo de su pareja, familia y amistades, el aspecto que más le gustaría cambiar en el momento de la entrevista es el de las posibilidades de empleo que le permitieran el desarrollo de su creatividad y diversidad.
Mensajes / recomendaciones
Virginia destaca las cualidades positivas que poseen las personas con este diagnóstico, imaginación y empatía, entre otras. Considera que esta sociedad está más basada en los títulos y que no siempre valora estas cualidades.
A los profesionales educativos les traslada que es fundamental trabajar la autoestima del alumnado con problemas de aprendizaje evitando mensajes negativos y potenciando sus cualidades. Considera, además, que extender la meditación en las aulas para mejorar la concentración sería una aportación para todos.
A los profesionales sanitarios les invita a averiguar, en el caso de las depresiones, si hay TDAH no diagnosticado detrás de esa dolencia.