Las personas que participaron en el estudio estando diagnosticadas de TDAH describen la situación que vivían antes de recibir el diagnóstico, cómo se sentían y cómo les afectaba. Hacen referencia a lo que luego descubrirían que son síntomas de TDAH, qué les hizo sospechar, bien a ellos mismos o a alguien de su entorno, que algo pasaba. Ver Recibiendo el diagnóstico.
Hay que tener en cuenta que en algunos casos, debido a la temprana edad de diagnóstico, no recuerdan con detalle la etapa anterior y si acaso tienen referencias por sus familiares más directos.
SÍNTOMAS
Para la mayoría, los problemas se relacionaban con dificultades en el aprendizaje así como de comportamiento. En algunos casos esto les producía cambios emocionales y tendencia a centrarse en ciertos estímulos, sobre todo el uso de tecnologías digitales.
En relación al aprendizaje, y teniendo en cuenta desde Educación Infantil a la Universidad o la Formación Profesional, algunos participantes destacan la transición de Primaria a Secundaria o de Secundaria a Bachillerato como las etapas escolares en las que eran más evidentes las señales de que algo pasaba y que les conducirían al diagnóstico de TDAH. Ver Historias
Luis, Pol, Erik y Andrés enumeran algunos de esos síntomas: lectura confusa, falta de memoria, distracciones, déficit en la comprensión lectora, nerviosismo,…
Virginia ha continuado con esas dificultades siendo adulta y echando la vista atrás reconoce cuánto le ha repercutido negativamente en su formación.
No obstante Andrés aporta un ejemplo de la otra cara de la moneda: cuando algo les gusta o estimula mucho sí se concentran, a veces incluso costando poner límites a esa pasión.
Por otro lado, la sensación de ser diferentes a los demás es un sentimiento recurrente que cuentan cuando se refieren a la época en la que no tenían diagnóstico ni sospecha de TDAH porque no se solía identificar claramente los síntomas con este diagnóstico. Por problemas de comportamiento hay participantes que citan conductas que vistas desde fuera podían parecer fuera de la normalidad.
Josep María se sentía raro y a día de hoy, ya adulto, cuenta que se adaptó a las circunstancias sin tener referencia orientativa alguna.
Raquel se olvidaba inmediatamente de lo que estaba haciendo y cambiaba de actividad sin más.
Para algunos estos síntomas producían tristeza o rabia.
A Pol sólo le decían que era “despistado” pero se encontraba mal y lo intentaba sobrellevar saliendo y haciendo deporte.
Andrés sentía rabia de intentar y no conseguir lo que se proponía; también incomodidad cuando hablaban delante suyo de lo mal que le iba.
En algún caso sí existió una sospecha explícita de que lo que le pasaba tenía que ver con TDAH. Alfonso lo intuyó por el efecto inusual que tenía en él el consumo de anfetaminas.
(AVISO: el consumo de anfetaminas sin prescripción médica puede generar graves problemas de salud)
DETECCIÓN POR EL ENTORNO
Si bien en algún caso la sospecha de este diagnóstico ha surgido de la propia persona, en la mayor parte ha sido un familiar o profesionales del ámbito educativo quienes se han movilizado ante las señales o síntomas.
Andrés agradece a su madre haber acudido a ayuda profesional cuando se sentía muy mal.
En la vida de Patricia se repitió el protagonismo de la madre en un momento de cambio de etapa escolar.
Existen casos donde es en el ámbito educativo donde se sospecha del diagnóstico y se informa a la familia. Luis suma por ello el agradecimiento a su maestra de Infantil.