No obstante Andrés aporta un ejemplo de la otra cara de la moneda: cuando algo les gusta o estimula mucho sí se concentran, a veces incluso costando poner límites a esa pasión.
P: Yo nunca he tenido problemas por ejemplo en la Química. Es que me ponía a hacer ejercicios y me gustaba. Mi calculadora, eso sí es verdad que yo ... También me costaba mucho pero era algo que la verdad que Química nunca la suspendí.
E: Que te mantenía ahí concentrado.
P: Sí. Era algo que me hacía a mí ... El hecho de intentar averiguar una cosa y tal me ha gustado y no paraba, claro estaba todo el rato haciendo cosas yo estaba concentrado pero es que no paraba. Ahora te pones con Literatura, me ponías con Historia, era una frase o dos frases y es que no me estudiaba ni un tema, ni uno. Pero así día tras día, ¿eh? Y mira que me ponía yo, yo me ponía una semana antes “venga, tengo una semana, voy a ir súper bien y voy a empezar a estudiar ahora ya”. Día a día el día de antes nada. El día de antes ¿qué haces? Venga, me miro dos cosas y a lo que caiga. Ni me las miro. Hala. Así.