Teresa no veía nada fructíferas las cortas sesiones de Psicología a las que llevaba a su hijo en el hospital.
E: Esas sesiones en el hospital ¿en qué consistían? Que simplemente …
P: Nada. Iba, hablaban con él, lo que iba hablando lo apuntaban, y poco más. “Haz un dibujo”. Bueno que ya por último ni dibujo hacía ya. Quince minutitos. Nada, nada, nada ¡ya está!
E: Lo digo simplemente porque me decía que no había tenido ni terapia ni medicación, simplemente era hablar.
P: Nada, nada, nada, hablar pero quince minutos, veinte minutos lo más tardar. No, nada, nada, nada, nada. Al principio le mandan a hacer un dibujo, los primeros días que empezó a ir, hace mucho tiempo. Y el niño colorea muy bonito, colorea con colores bonitos, o sea, no colorea colores oscuros, o sea que encima, dibujos muy bonitos. Entonces nada, hacía su dibujito, quince minutos hablando. “Mami, sal tú ahora, entra mami”. Quince o veinte minutos. “La próxima cita tal día …”. ¡Ya está!
E: Mami también entraba a la …
P: ¡Mami también entraba!
E: Y … ¿Mami qué decía en la consulta?
P: Escuchaba.
E: Vale. Estaba presente mientras estaban, entre comillas, tratando … Vale.
P: Sí tratando … A veces al principio entraba yo sola para yo explicarle más o menos y luego entraba él, y luego entrábamos los dos. Pero era nada, era quince … Nada nada.