Sandra enumera aquellos aspectos de la etapa de infancia de su hija que relaciona con el TDAH.
"Yo mi hija nació ... veía que no dormía, se ponía malita, bueno, con sus enfermedades y tal, pero había cosas que no eran normales. Un bebé tan chico todo el día llorando, todo el día activo, los ojos para arriba y para abajo. A los seis meses ya la niña tiraba cosas, tenía reacciones que se tiraba para atrás, montaba unas pataletas impresionantes. Bueno ya esto se convirtió, esas pataletas … y eso que yo soy una persona de carácter que no me bajo. Te castigo, te pongo en la silla de pensar, pues no, no se hace no, no me bajo. No entraba por la vereda. Todo esto consultado con su médico porque yo tuve la suerte de conocer a un médico que llevaba este problema y conocía a mi hija desde chiquitita y entonces, pues me daba rutinas: llévala al parque, llévala a nadar. Bueno desde que tenía tres meses la metí en una piscina haciendo gimnasia. Vamos, que toda la vida me he pegado haciendo rutinas, gimnasia y de todo para coger la rutina para dormir, desde las siete de la tarde fuera las televisiones, no … ¡todo! Todo rutinado, todo preguntado, y nadie me decía qué tenía la niña, sólo lo que era la parte de enfermedad. Su pediatra, en asma, esto, aquello, todo lo que se podía ver fácil porque en esto no cree nadie. Bueno pues yo seguí los años, bueno que ya no podía más, que mi hija ya eran cinco años, cuatro años, la niña no dormía, era activa, se subía por todos lados, tiraba todo, mi hija comía una galleta … todo lo tiraba, bueno hasta el día de hoy. Mi hija ya tiene una edad, de adolescente, y come una galleta y cae al suelo, o sea exactamente igual que a los tres años. El papel lo tira al suelo, no ha podido nunca rutinar de que ella coja, tenga … diga "bueno me como la galleta y esto va hasta la basura". Eso ella como que no lo piensa, como que es una cosa que…pero ya yo me he puesto a observarla …me levanto y observo y es como que no te lo hace adrede. “Ah, no me dí cuenta, ahora lo recojo” y “bueno, recoge” y no hay manera. A los siete años ya yo tenía un desespero, tal cual porque yo vivo sola con la niña, era un desespero tan grande, entre que no dormía, era imposible, la niña para comer era un problema, para dormir un problema, había un problema gordo para todo. Entonces dices “esto es imposible que sea normal”, o sea pero un problema gordo. No es un niño movido, yo sé lo que es un niño movido, un niño que juega. Un niño que juega a las ocho de la tarde está cansado y duerme. No, mi hija era que eran las cuatro de la mañana y te cantaba los cinco globitos, salía por la casa, corría, saltaba, brincaba. Lluvia de estrellas, te cogía lluvia de estrellas … hacía yo que sé, el mar con ... hacía el mar con geles. Vamos era una cosa tan loca, tan loca, tan loca que dices “esto no puede ser normal”. Yo me subía en el coche y tenía que ir a la Policía para que a mi hija le pusieran el cinturón de seguridad porque decía si no la mato yo, o sea con tres años, es que era imposible. Yo soy una persona que tengo mucho carácter ¡imagínate! y mi hija me llegaba … Un día se me tiró en (nombre de lugar) a las cuatro de la tarde, que fui a un dentista, y tuvo que venir la Policía a levantármela porque si yo la levantaba es que me llevaba la Policía. Porque ella se tiró en el piso y no se levantaba. “Y no, y no”. Tendría tres o cuatro años, antes de los cinco años, y allí llegué a un punto que fui al médico, que tuve … tenía la suerte que tal … y digo “mira yo no sé si esto es normal pero si mi hija esto es normal yo … ¡vamos que se la lleve el padre, que es que no puedo más!” O sea ni dormía ni vivía, mi vida ha sido dedicada de arriba abajo a mi hija, sin tener ni pareja porque esto no lo aguantaba ni dios. Porque mis amigos me decían, amigos míos a lo mejor … abogados, decían “llévate a tu hija, es que es insoportable”. Pero no porque la niña fuera mala sino porque era una cosa de no parar, de no parar. Yo decía "yo no pienso mover por ejemplo una figura porque yo le digo a mi hija que no la toque y no la toca”. Yo era de esas madres enteradas. Muchacha al final terminé amarrando todo, cerrando todo, poniendo seguridad en todo, porque yo estuve a punto de que mi hija se cayera por una ventana porque era chiquitita e hizo así, en un momento que hizo así y casi se me cae, entonces ya yo cogí tanto miedo que todas las cosas fuera, de peligro, porque mi hija lo cogía todo. Pero era una cosa ..."