Paqui no entendía algunas de las medidas que le aconsejaban para su hijo (bañarlo en agua fría) pero, tras cambio de profesional, durante un tiempo la medicación sí ha surtido algo de efecto aunque en el momento de la entrevista éste se está agotando siendo la terapia la única opción.
"Busco ayuda. A través de la Seguridad Social sí lo visita un psicólogo que, claro, las técnicas que nos daba a mí me parecían un poco, no sé cómo explicarlo, poco humanas. O sea me decía "cuando tenga un ataque de rabieta lo metes en la bañera con agua fría" y yo decía "jolín, en pleno invierno eso es martirizar al niño, no es darle un toque de atención". No me terminaba de convencer, pero bueno, también es verdad que las visitas al psicólogo de la Seguridad Social eran cada ocho meses, cada seis meses, entonces poca ayuda tenía. Terminé, a través de una profesora del cole, su profesora de Infantil, que estoy tremendamente agradecida, le dije “¿dónde puedo ir?, se me escapa todo, yo sé que el niño necesita que lo vea, a lo mejor, algún especialista, algún psicólogo, alguien que entienda, porque todo el mundo me dice que es un niño malo pero luego tiene su parte buena, porque es muy dulce, muy cariñoso, no está las veinticuatro horas del día comportándose de la misma forma". Hablo de cuando tenía dos, tres años. Termino en un centro privado. Le hacen unas pruebas, todo psicológico, una valoración, en la cual pues se indica que el niño sí que es verdad que tiene un retraso psicomotriz, tiene un retraso … Él empezó a hablar bien, empezó a andar bien, pero lo que es la psicomotricidad fina todavía no la tenía desarrollada y notaba que tenía obstáculos, o sea, que no estaba avanzando al mismo ritmo que un niño de su edad y que era posible que eso terminase ..., me dijeron directamente "si este niño tuviese seis años te diría que es un niño con TDAH pero tiene sólo cuatro", cuando se le hizo la valoración, "entonces sí que se le puede dar una medicación alternativa porque sí que hay picos altos en los que él se comporta de una forma agresiva, derivado de su alta frustración, a su baja autoestima, etcétera, y entonces vamos a intentar darle una medicación alternativa para ver si eso lo controlamos y a partir de ahí lo único que nos queda es terapia psicológica". Y empezamos a funcionar de esa forma. El niño estaba mucho más controlado, sí que es verdad que yo noté un cambio, lo noté yo, lo notó la familia, lo notó. "Está más tranquilo, está mejor". Era más la parte del nene buena. Entonces parecía que todo iba funcionando relativamente bien."